La característica distintiva de este estadio está representada por el concepto de bosque, en el que árboles y abundante vegetación rodean el terreno de juego y las gradas, integrando la naturaleza y el paisaje urbano a la experiencia futbolística. El edificio está diseñado para albergar 5.700 metros cuadrados de cubiertas verdes, 7.000 de fachadas verdes con 3.300 árboles y 56.300 arbustos de 70 especies diferentes. Se espera que este “bosque urbano” absorba 162 toneladas de CO2 cada año, ayude a limpiar el aire, absorba el polvo fino y baje las temperaturas locales al reducir el efecto de isla de calor urbano. Las superficies fotovoltaicas y el cuidadoso estudio de la gestión de aguas y residuos completan la imagen de un escenario energéticamente autosuficiente y respetuoso con el medio ambiente.
Dentro del estadio, la distribución interna de funciones está dictada por el flujo de espectadores, empleados, deportistas, visitantes y personalidades. Cada categoría de usuarios tiene espacios designados y vías de circulación para que la organización interna sea accesible y fácil de transitar mientras se mantiene separada de otros tipos de usuarios. Algunas de las funciones dentro del estadio están diseñadas para ser accesibles a la comunidad local, incluidas áreas comerciales, espacios de museos, gimnasios, bares y restaurantes. La pista de atletismo ubicada en el nivel superior ofrece a los usuarios un espacio para caminar y entrenar. La Torre de la Luz, el hito luminoso de los equipos milaneses, cambia de color según el equipo que se encuentre jugando en el campo, enfatizando así el modelo de “Un estadio para dos”.