La generación Z y la Arquitectura

La generación Z y la Arquitectura

Archdaily | Marília Matoso –

La Generación Z comprende el grupo de personas nacidas después de 1995. Crecieron junto con la popularización de Internet e interactúan con el mundo integrando todas las formas de tecnología disponibles.

La diversidad de medios disponibles, la velocidad del tráfico de información, la interactividad en el entorno virtual y el uso cotidiano de estos activos tecnológicos comunes hoy en día, influyen en el comportamiento de los individuos de esta generación, imprimiéndoles versatilidad, agilidad y curiosidad.

También les interesa la diversidad, participando en varios grupos al mismo tiempo, buscando puntos de conexión en diferentes corrientes de pensamiento y comportamiento, siendo inclusivos en todo lo que hacen.

Actualmente, la Generación Z constituye la mayoría de la población estudiantil en todo el mundo, y los datos muestran que para 2025, los trabajadores de la Generación Z representarán alrededor del 27% de la fuerza laboral.

En estadísticas recientes de UCAS (University College Admission Service), una institución independiente de servicios de admisión compartida del Reino Unido para la educación superior, se admitieron 54 810 solicitudes para estudiar arquitectura en 2022, lo que representa un aumento del 5% con respecto a las 51 980 solicitudes del año pasado. Esto continuó la trayectoria ascendente de 2019, cuando 48.360 personas solicitaron estudiar arquitectura en universidades estadounidenses e inglesas.

Mundo digital

Primero, la arquitectura como práctica se ha vuelto digital; es una elección de carrera que se ajusta al conjunto de habilidades inherentes de esta próxima generación. Realidad aumentada, BIM, nanotecnologías, análisis de datos e IA: la era digital de la arquitectura se creó para los nativos tecnológicos de la Generación Z, y ellos lo saben.

Por ejemplo, el modelado 3D es una habilidad valiosa en miles de industrias, como la del cine, los juegos y la publicidad, y esta generación aprecia las habilidades transferibles entre sí.

Los arquitectos que trabajan como diseñadores de juegos brindan un entorno realista para el juego y hacen que la experiencia del juego sea aún más inmersiva e incorporan emociones, sentimientos y sensaciones en el juego.

Este es el caso de Dan Van Buren, uno de los arquitectos que ayudó en el desarrollo del juego The Witness.

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