La trayectoria profesional del fundador de Kéré Architecture está fuertemente moldeada por su propia biografía al punto que, por cómo ha sido cubierta la noticia por los medios, es necesario aclarar que el premio no es un galardón a la meritocracia ni una forma de satisfacer a las inquisidoras redes sociales, sino a una filosofía y principios arquitectónicos ciertamente influenciados por su biografía.
Nacido en 1965 en el poblado de Gando (Burkina Faso), Diébédo Francis Kéré es el hijo mayor del jefe de su comunidad y el primero en asistir al colegio. Gracias a dos becas en Alemania, pudo estudiar carpintería en 1985 y, diez años más tarde, estudiar arquitectura en la Technische Universität de Berlín.
A pesar de que comenzó a estudiar arquitectura a los 30 años, la trayectoria profesional de Kéré es particularmente rápida, y tal como lo ha descrito la crítica de arquitectura Anatxu Zabalbeascoa, representa fielmente el ejemplo de “un promotor que no ha sido inversor”. Así, mientras estudiaba arquitectura en la capital alemana, lanzó una fundación junto a algunos amigos —Schulbausteine fuer Gando (Ladrillos para Gando)— para financiar su primer proyecto: una escuela primaria en su pueblo natal.
En esta obra, Kéré, como se ve en sus posteriores proyectos construidos en África Occidental, entiende que su diseño es el resultado de conjugar necesidades básicas, presupuestos acotados, convencer a las comunidades de trabajar en equipo y una definición de sustentabilidad basada en revalorizar y adaptar las técnicas vernáculas de la comunidad para su propio beneficio. Eso sí, sin sacrificar la belleza propia de la arquitectura.