Entre las habilidades y beneficios que la aplicación del método puede aportar al desarrollo de los niños se encuentran la concentración, la creatividad, la curiosidad, el sentido de la justicia y la inteligencia emocional.
El método es bastante completo y es difícil de resumir en un solo artículo, sin embargo, es posible hablar de sus tres pilares. El niño, el adulto consciente y el ambiente preparado siempre deben estar juntos, conectados. Uno no funciona sin el otro. Para llevarlo a cabo efectivamente se necesita de un adulto consciente, que comprenda el desarrollo infantil, porque no tiene sentido transformar el entorno físico sin ofrecer al niño o niña una atmósfera emocional tranquila, pacífica, paciente, acogedora, armoniosa, y respetuosa (tanto para los niños y niñas como para los adultos).