Archdaily | Vania Masalías– Preservar el planeta en sus condiciones actuales o incluso mejorar los ecosistemas deteriorados se ha convertido en un quehacer que involucra a todos los sectores, sin ser el rubro de la arquitectura una excepción. La arquitecta co-fundadora de Signare Estudio con estudios de maestría en neurociencia y educación, Isabel Loredo, expone a través de su artículo “Hacia la sostenibilidad desde la arquitectura y la ecosofía: Lazos entre la ecología mental, la neurociencia emocional y el espacio” publicado por la revista LIMAQ Nro 7, diversas maneras en como la ecosofía es aplicable al campo arquitectónico.
La ecosofía, término acuñado por Félix Guattari en 1996, define que las tres dimensiones de la ecología (la ecología medioambiental, la ecología social y la ecología mental), permiten ampliar la perspectiva sobre la problemática ambiental, orientándola hacia el campo de la mente y las relaciones sociales. En conceciencia, la búsqueda de una nueva sabiduría del habitar, es analizada desde una escala macro – planetaria hasta una escala micro – molecular, en la cual resalta el entramado social sobre la cual es construida, significando un aporte para una ecología en términos sociales y mentales.