Entendiendo el papel crucial de la arquitectura en la canalización del deseo a través de relaciones espaciales, materiales y afectivas, esta segunda intervención de la escuela San Antonio trata de trasladar los conceptos y sensibilidades trabajados con los alumnos más pequeños en la primera intervención realizada en la escuela, a estudiantes de entre 7 y 12 años. Una vez más, se entiende que el deseo de jugar y aprender libremente es el motor de la pedagogía del futuro, y por ello, se ha tratado de modificar un patio tradicional en un oasis de creatividad.
Manteniendo el carácter salvaje y natural del ámbito, se han generado colinas sinuosas de unos 2,5m de alto que posibilitan la visión a través del muro y son capaces de dividir el espacio en recintos perfectamente diferenciadas a pesar de ser un único espacio continuo.