Por ello, la agencia concibió el espacio como un parque en continuidad con las instalaciones periféricas, entre ellas un mini muro de escalada y una canasta de baloncesto, el mar y las dunas imaginarias han dado forma a la flexibilidad de las curvas de hormigón.
Abierto a scooters, skateboards, bicicletas, patines y otros entusiastas del deslizamiento, la instalación pública no está cercada (aunque los usuarios deben respetar los horarios de apertura) y su diseño permite que todos se muevan libremente.